La tía Camila había muerto recién cumplidos los noventa y un años. Sus hermanas, Virginia de ochenta y ocho, y Toña de noventa y cinco, tomaron el primer vuelo que salía de Monterrey a Torreón y llegaron a la Funeraria Eternity, ubicada en la colonia de las Delicias. Llegaron justo a tiempo. Por supuesto, también estaban ahí para despedirla, sus cinco hijas con sus respectivos maridos, todos jerarcas de la comunidad protestante; nietos, bisnietos, primos. Había más de cien personas. Todas familia cercana. Muy pocos amigos le quedaban ya a la difunta.
En pleno velorio, justo cuando entonábamos los tradicionales cantos de Fe y Esperanza, entró un hombre armado y gritó: ¡todos al suelo! La tía Toña, con la dificultad y la enorme distancia que la alejaba del piso, y con la pesada y torpe osamenta que cargaba, fue la última en tocar el helado y elegante mármol de Carrara. No había acabado de acomodarse la pobre, cuando un grupo de hombres armados entró a la capilla donde yacía el cuerpo ya no tan reposado de la tía Camila. A punta de tiroteos se abrieron paso entre los cuerpos que obedientes temblábamos a ritmo de pecho tierra. Despiadados descubrieron el féretro. ¡Ay canijo!, gritó uno al ver el anciano rostro de la tía toda maquilladita y vestida de blanco. ¡Éste no es el que buscamos! ¡Vámonos cabrones!, y salieron los diez facinerosos empistolados en busca de su difunto.
Tan pronto desaparecieron nos fuimos incorporando. Entre varios levantamos a la tía Toña, que, a pesar de los pronósticos, fue la menos asustada. En las otras capillas se alcanzaba a escuchar el estruendo de balazos, gritos y golpes. La banda de maldecidos abría féretros impúdicamente, en pos del que buscaban.
A punto estábamos de abandonar el recinto cuando apareció el ejército y empezó de nuevo el tiroteo y otra vez todos al piso. Logramos salir ilesos gracias a que los soldados se esmeraron en no lastimar a los inofensivos deudos.
En ese momento entró el encargado de la funeraria y ordenó que abandonáramos inmediatamente la funeraria y que, a la brevedad, nos lleváramos a sepultar a nuestra muertita.
De los más de cien asiduos que asistimos a la misa, sólo tres nos atrevimos a llevarla al cementerio. Ni siquiera el pastor quiso oficiar las exequias de esta gran mujer, pilar protestante de alcurnia.
27 Responses
Que impresionantes escenas!.. que viviendo en Morelos , las senti casi como los de Torreón !Un gran despliegue imaginativo Vicky!!muchas gracias por invitarme a leerte! Siempre muy atractivo!!
Gracias, Magui! Interesante que te haya sucedido algo así. Ya lo he escuchado en varias ocasiones.
Queridisima Vicky, solo a ti se te ocurre una anecdota como esta. Acaso se te paso una de mas? Como siempre, estupenda!. Wow.
Gracias por tu comentario, querido Fallo! No es ocurrencia, es historia. Por desgracia es tan común que ese tipo de cosas sucedan hoy en día en México.
Imagínate!!
Si eso sucedió en el velorio, que no pasará en el entierro.
Ni “siendo hijos fieles de Dios” se salvaron.
Y así es el crimen organizado en México, es muy factible siempre, pero siempre, estar en el momento y lugar equivocado.
Por lo pronto, la tía Camila, se volvió a morir del susto.
Gracias por tu comentario, Jaime! Nuestro amado México tan desmoronado.
De dónde, mi Vic, sacas esas historias!! Jamás se me ocurriría ponerme a contar un cuento así, y de ocurrírseme, no tendría el vocabulario para expresar ese delirio. Eres una bestia contando tus delirios. Pero cómo pues, de dónde, esta niña buena, Tarbut/Pedregal, desarrolla estos cuentos a contar?!
Eres loca y amo leerte! 💜👍💜
Gracias, mi Shu! Así, de cosas que oigo y mezclo y que me tocan o me provocan o me golpean, y luego a tejerlas, a elegir hilos y colores, hasta que queda plasmada la historia.
Ya en las primeras frases de la narración empiezas a tejer el ambiente de tragicomedia surealista tan mexicana. Las viejas hermanas, el nombre en inglés de la funeraria y la colonia en la que se ubica.
El pan nuestro de cada día en nuestro México sometido al poder de los narcos, mismos que no solo tienen el dominio del dinero y las influencias sino también detentan la potestad irespetuosa de la vida y de la muerte.
Como para hacer una película de género costumbrista.
Brillante!
Bienvenida, querida Marianela. Gracias por tu generoso y muy puntual comentario. La tragicomedia tan trágica y tan surrealista de nuestro país. Y todo el amor y la nostalgia a lo que hemos ido perdiendo y ya no está!
Me encanta lo que escribes!
Abrazos, Gigi! Gracias por dejar tu comentario.
Este escrito invita a la reflexión de la realidad cotidiana en México, donde bandas organizadas hacen su propia constitución y ejercen su ley. La falta de ética y la corrupción han dejado a un país desnudo y frágil. Gracias por el escrito.
Gracias, Moy!
Nos deja desnudos e indefensos tanta impunidad. Y aún así, cada quien con su granito de arena puede sostener un pequeño tramo del que se sostiene nuestro amado México
Todos somos la tía Toña. Todos habitamos en el jardín de las delicias. Nos queda muy lejos el suelo y, a pesar de los pronósticos, no nos asustamos demasiado? lo suficiente? Pecho tierra. De risa. Lo resume todo. La balacera. Aquí nos tocó vivir. Ya le tocaba. No les tocaba. Los corrieron de la funeraria. Llévense su muertita. Un texto brevísimo absolutamente intraducible. Se requerirían 10 volúmenes de explicaciones.
Ja, Ja Daniel! Texto costumbrista! No creo que necesitaría diez volúmenes, a menos de que me decidiera escribir la biografía de las tres tías.
“Ay canijo” , me ha encantado leer este texto y descubrir el sitio. Un texto dulce y amargo. Súper.
Gracias Vero, bienvenida!
No me extrañarìa que la Tìa Camila hubiera pedido en algùn momento a la Virgencita que cerca de sus ùltimos dìas ocurriera algo de acciòn en su vida. Y asì fuè. Casi. Lo bueno fuè que ella no tuvo que hacer “pecho a tierra” sino que tuvo que permanecer “espaldas a ataùd”. Como de costumbre Vickyta, me sacaste una làgrimita
Gracias por tu comentario, querido Jaime! Pues sí, ya llevaría algunas décadas de tranquilidad la buena tía Camila. Un poco de acción en un lugar tan seguro la habrá reanimado.
Pecho tierra, nos revela desde el título un relato honesto y fiel a la vida de los tiempos modernos. Escrito magistralmente con cadencia e intensidad. Inclusive cargado de un sentido de humor cáustico e inteligente
Conocemos quienes son los personajes en pocas líneas. Entendemos su ambiente.
Un poder de síntesis admirable el de la historia, que haces Vicky del relato breve todo un género literario, que hasta hace poco pasaba desapercibido
Impecable. Contundente
Gozoso
El libro será una joya
Linda, querida! Como siempre, la hondura de tu análisis me deslumbra. Entras con gran angular y telefoto simultáneamente. No cabe duda de que ese ojo de fotógrafa revela y rebela tu mirada.
Vicky, eres una tejedora que en vez de estambre usas palabras en las que tejes historias ‼️
Esta historia es lo normalito de un noticiero actual.
Uff qué fuerte , me encantó, relato contemporáneo, intenso y decadente. ¡Saludos!
Bienvenida al blog,
Me alegra que lo hayas disfrutado
Intenso retrato actual, sumamente honesto y fuerte con una excelente forma de escribir. Súper!
Gracias por tu comentario, Denise!