El recorrido dio inicio a las seis de la mañana. Desayunados y con lunch en mano, nos dirigimos al encuentro de culturas más diverso y apasionante que jamás pudiésemos imaginar. Israel, tierra ancestral, reñida, conquistada y reconquistada por más de veinte imperios, se desplegaba misteriosa ante nosotros. Tan pronto arrancó el autobús el guía señaló y dijo: junto a aquella autopista que ven a su derecha, han descubierto un Edén prehistórico además de un formidable colmenar de miles de años de antigüedad.
Así, desde la primera parada hasta la última, a cada medio metro nos deteníamos con un: aquí pueden ver… Caminamos desde la batalla de Ramsés contra los Hititas, en 1274 AEC, hasta la Guerra de Yom Kipur en 1972. Desde vestigios prehistóricos, fósiles, mosaicos griegos, sarcófagos egipcios y ruinas medievales hasta los modernísimos edificios de high tec. Por esta calle, indicaba el guía muy solemne, cargó Jesús la cruz; los edificios que ven allá son del tiempo de la Colonia Inglesa, veinticinco metros abajo de donde estamos parados hay un acueducto del tiempo de los Romanos, esa es una Iglesia Ortodoxa Griega, aquél, un templo Bahai, ese canto que escuchan proviene de la mezquita que ven a su derecha, aquella plaza a la izquierda fue sitiada en tiempos de los cruzados, ésta es una capilla bizantina. La escultura que ven allá está hecha con los restos de un misil que nunca estalló. Este sello podría ser del Profeta Isaías.
Agotados tomamos un pequeño descanso bajo la refrescante sombra de unas palmeras. En plan de broma señalé aquellos esbeltos árboles colmados de dátiles y le pregunté a Morris, nuestro guía, ¿y aquí qué pasó? Sin chistar levantó la vista: aquí, las nueve palmeras plantadas por Jafet, hijo de Noé. El rey Nabucodonosor las arrancó y se las llevó a Babilonia para trasplantarlas en su propio jardín. Cuando los judíos regresaron del exilio las recuperaron y las devolvieron a su lugar de origen.
Con cuarenta siglos de cultura a cuestas, a las 4:30 p.m. llegamos a un pequeño restaurante. Sin aliento, muertos de hambre y sed, ordenamos pitas con falafel, ensaladas de garbanzo y berenjena, y jugos de granada. Cuando al fin nos disponíamos a relajarnos, vi en la pared, frente a nosotros, un humilde pero muy emblemático cuadrito. Enmarcada en color azul cielo, una nota que anunciaba con orgullo: En este lugar no sucedió nada.
40 Responses
Vicky
Increíble y muy cierta tu descripción de solo un día de
visita a la hermosa e histórica Jerusalem.
Me puedo imaginar todos los datos que recopilaste de estos últimos 40 siglos.
Esther, qué gusto tenerte por aquí. Bienvenida!
Muchas gracias por tu comentario. Ja ja! cuarenta siglos no son nada!
Verdaderamente había que certificar uno de los poquitos sitios en que no sucedió nada en esa tierra.
Es él ojo 👁 del artista el que nos hace ver el punto.
ME ENCANTÓ ❤️❤️❤️❤️❤️❤️
Gracias, querida,
Un punto de vista. Todos los puntos de vista conforman la línea infinita de la vida. Sigamos agregando puntos. Que no se acaben nunca.
Gracias Vicky. Hermosa forma de relatar la maravilla de ciudad que es Jerusalén.
Holas Roberto, Laura. Muchas gracias por dejar aquí su comentario.
Qué delicia tu escritura… Cómo me llevas de la mano por la riqueza de tu experiencia, y más allá! Mil gracias mi Vicky, sigue invitándome a tu camino por la vida!
Shu
Gracias, mi Shu,
Mientras haya vida, habrá algo qué contar. Un punto de vista que sume, que se incorpore a ese enorme rompecabezas en el que finalmente todos somos uno.
En este lugar no sucedió nada
Seguramente Israel es el lugar en el planeta con la estratigrafía más compleja y jamás imaginada. La impronta de las culturas se entretejen, delicadamente. Hombre tiempo y espacio en un triángulo equilátero perfecto. felicidades Vicky. Escritora aguda e incansable
Muchas gracias, Linda,
Me maravilla tu punto de vista como arqueóloga.
Y sí, el tejido cultural de esa tierra ha sido y será fuente de nuevos e inimaginables enigmas.
Corto, conciso, maravilloso!!!
Me quede con ganas de leer mas.
Gracias Vicky por llevarnos tan
amenamente a tus viajes!
Corto, conciso, maravilloso!!
Me quede con ganas de leer mas.
Gracias Vicky por llevarnos tan amenamente
a tus viajes.
Hanna,
Qué gusto verte por aquí! Muchas gracias por tu comentario.
Mi querida Vicky
Me encantó como relatas todos los acontecimientos que te llevan a sus lugares que parece que estás ahí.
Y como Israel es un país tan lleno de historias verídicas Te trasladas y por eso te cansas tanto
Y lo bueno es que ya llegaron a comer el falafel y el cuadrito que decía
En este lugar no sucedió nada, claro que sucedió Comieron y descansaron y comentaron todo el recorrido del viaje
Susy, querida,
Qué gusto! Muchas gracias por tu comentario!
Muchas gracias por tu comentario, Hanna. Quedas cordialmente invitada para presenciar el siguiente viaje. Será un gusto compartirlo contigo.
Místico y lleno de historia como ningún lugar en nuestro planeta. Tierra carente de recursos naturales pero que mana leche y miel.
Qué gusto verte por aquí, querido Jacky. Al parecer la necesidad es el secreto de toda verdadera riqueza.
Contigo viajo a lugares desconocidos, viendo lo que en presencia no lograría ver.
Me sale barato y mas interesante.
🙂 ; )
Gracias Vickilina !!!
Jaja¡
Voy a sacar una promoción!
Viaje a donde quiera por: Textos alados
Lo único que se perderá es la oportunidad de verlo con sus propios ojos.
Besos, y mil gracias por dejar tu comentario.
Allí ocurrió el Big Bang Vickyta. No le creas al letrero. Te mando un cálido saludo
Ja ja! Imposible creer que haya un rincón en esa tierra donde no haya ocurrido nada.
Abrazos y gracias, Jaime, por tu comentario.
No conozco Israel, leyéndote me dejo llevar por tus ojos abiertos con asombros múltiples, por tus pasos incansables, por los comentarios del guía que señala a diestra y siniestra lugares con historias ancestrales y modernas de múltiples culturas que han hecho de esta tierra algo único en este planeta.
En aquel letrero de En este lugar no sucedió nada, sucedió que ahí estabas para leerlo.
Marianela, querida!
Es el testimonio el que crea la realidad. Donde haya
alguien que relate, habrá una historia esperando.
Muchas gracias por dejar aquí tu comentario.
¡Me encantó, Vicky!
Deliciosa, fresca y vital narrativa. A medida que leía, lo estaba viendo.
Y eso que no conozco allí.
¡Me encantó!
Y el cuadro del final, muy bueno.
Jovita, querida,
Se me está haciendo hábito escucharte por aquí. Gracias por dejar tu comentario.
Vicky entro en los momentos tuyos en Israel. Lo llevo en la sangre. Siento contigo la historia que nos envuelve en un manto.
Lili, qué gusto encontrarte por aquí. Muchas gracias por tu comentario.
Todo es narrado, visto, vivido desde el lugar de donde observas lo sucedido. Por eso decimos, el punto de vista. Si te quedas sentada comiendo tu falafel y observas la gran variedad de gente que te rodea, y cada una de ella te cuenta su historia, podrías decir que todo sucede en ese lugar. La historia en Jerusalem se sigue escribiendo a partir de cada uno de sus habitantes, visitantes, y escritores que llenan esos espacios en los que todo sucede…
Me encantó tu escrito, y me encanto el necesario descanso en ese recorrido
Y si Jerusalem es única. Vuelve pronto¡
Pues sí, otra ficción es pensar que hay algún sitio donde nada haya sucedido. Mientras haya un observador, habrá un suceso que contar. Gracias por tu comentario, mi Etty.
Me encantó!
Que rico (de riqueza) viaje!!!
Hola mi Gigi!Muchas gracias por darte una vuelta por aquí y por dejar tu comentario.
Vicky…estuviste en mi tierra y no te comunicaste conmigo???
Ahora tendras que regresar para hacer un TIKUN!
(Y a pesar de lo sentido que estoy…me fascino tu relato!)
Querido Eduardo,
Un gusto tenerte por aquí. Sí, estuve por allá hace un par de años o quizá tres. Ustedes estaban viviendo fuera. No coincidimos. El texto es nuevo. La vivencia no tanto. Te mando un muy cariñoso abrazo y espero encontrarte por aquí pronto.
Querida Vicky,
Al leer tu fabuloso relato, no pude evitar acordarme de mis paseos semanales a Jerusalén, a los 17 años me salí de casa y me fui a un Kibutz cercano a Tiberias. Cada fin de semana me iba a Jerusalem a caminar, caminar y caminar, a cargarme de energía y entender por qué me sentía en casa, sin jamás haber ido antes. Ya con el tiempo entendí que la información almacenada en mis genes me remitía a ese lugar y sin duda, de ahí vengo. Seguramente en ese lugar donde no sucedió nada, sucedieron muchas cosas con mis (y tuyos también) ancestros.
Ya una vez cargado de esa energía maravillosa e indescriptible, estaba listo para regresar al Valle del Jordán para llevar a cabo mis labores en el Kibutz, así me la pase todo el año y nunca me canse de regresar y regresar.
Por cierto, Eduardo, tu ex… tiene toda la razón, si hay alguien de nuestros hermanos de la Tarbut que da cariño y compromiso es él, no sabes de lo que te perdiste por no visitarlos; hace año y medio estuve con ellos y me trataron….a cuerpo de rey, sobre todo, me sentí querido e importante, cosa que no sucede todos los días, te mando un fuerte abrazote.
Qué hermosa oportunidad tuviste. Caminar por jerusalem a los 17. Tú, al encuentro de ti mismo. De tus raíces.
Como siempre encantada de leer tus comentarios. De tenerte caminado por estas tierras.
Ahh, acabo de leer tu respuesta a Eduardo, pensé que este relato era de un viaje reciente, no de hace 2 años, disculpas.
Lindo relato, Vicky!
Israel nos hace vibrar, y siempre aprendes algo nuevo, no importa cuantas veces hayas estado ahí.
Me encanta leerte!
Cariñosos saludos.
Geña
Hola Eugenia,
Qué gusto verte por aquí. Muchas gracias por dejar tus comentario. Te mando un fuerte abrazo.
Gracias, mi Geña!
Mucha suerte tuviste en no conocerlo. Por lo menos la escritura ayuda exorcizar esos tremendos recuerdos.