Esa mañana funesta, subida en la escalera con trapo y sacudidor en mano, la mujer encontró en la esquina más recóndita de su closet, arriba de los trajes de su marido, una cajita con un anillo de diamante. La tarjeta decía: A mi amor; muy pronto, juntos para siempre.
Temblando de furia y de indignación, extrajo de la cursi cajita el anillo y en su lugar colocó una nota que decía: Si buscas el contenido se fue al caño. Exactamente adonde le corresponde.
Derrotada y herida por aquel acto infame vació el departamento. Sacó sólo las cosas que ella había aportado a lo largo de su desmadejado matrimonio. Cuadros, arte, adornos, tapetes, vajilla, copas, vasos.
Después de cuarenta años de ofensas, desaires, rechazos y un abanico infinito de groserías, esa cajita con dedicatoria era la gota que al fin derramaba aquel vaso tantas veces colmado. Más que nada por sus autoengaños. El cinismo, el descaro y ese último acto de cobardía, y la vergüenza de haber solapando las majaderías de aquel hombre que a todas luces la despreciaba.
En cuanto a los marcos, ella solía regalarle uno cada aniversario. En ellos amorosamente dejó testimonio de cuarenta años juntos. Fotos de ellos, los dos abrazados, besándose en su luna de miel, en viajes, luego él con los hijos, los nietos, etcétera. Con el ardor de quien ha sido traicionado, extrajo una por una las cuarenta fotografías.
Tiempo después se enteró que, de todo lo ejecutado aquella tarde, lo que más le dolió a su ex fue encontrar, eso sí, bien sacudidos y acomodados en su lugar exacto, los cuarenta marcos desnudos de historia.
22 Responses
Duele leer este texto. ¿Cómo es que esta mujer aguanta 40 años de mala compañía, de desaires y malos tratos? La venda que la ha mantenido ciega se desvanece cuando encuentra el maldito anillo dedicado a otra mujer, a otra historia.
La tragedia del error de haber aceptado esa vida de cuarenta años manteniéndo una mentira, una ilusión se le viene encima y no encontrará venganza suficiente para recuperarla, se lleva cargando 40 imágenes como testigos mudos de un compromiso, el suyo, fallido.
Tremendo y descarnado relato.
Aquí estás, querida,
Con tu afilado pincel, delineando cada movimiento falso, cada tropiezo, cada venda descubierta.
Lo cierto es que eso justamente es la vida. Caminar tropezarse, intentarlo de nuevo, romperse los huesos y levantarse.
Mil gracias por tu comentario.
“El anillico de diamantes era para tí, bré mareda.
Solo habría que esperar 20 años para el 60 aniversario”
Te mando un beso Vickyta
Ja ja, qué exceso de optimismo!
Sí, claro, hay más tiempo que vida. Una nueva oportunidad. abrazos, Jaimito.
Jaime, me encanta tu interpretación…me gustaría ser mejor pensada….
Me encanta, Marianela. Haces realidad uno de mis soñados propósitos de crear este blog. El diálogo entre lectores a propósito de un texto. Gracias, por tu siempre pertinente participación.
Efectivamente, 40 años de abusos, malas palabras, insultos, y hacerla sentir inferior e insegura fue lo que una amiga muy cercana experimento en su vida. Mujer muy prominente, considerada una de las más influyentes mujeres de su ciudad y del gobierno, hija, madre, y amiga, estuvo “esposada” a un hombre que así la trató, como lo describes. Porque 40 años? Por miedo a estar sola? Por perder una casa? O cuentas en el banco? Acaso por ser religiosa y creer que el matrimonio debe ser para siempre. Quizás esta amiga mía vivió de una idea y no de la realidad.
A los 40 años se separó y divorció. Hoy día vive con un hombre que realmente la valora y ya llevan juntos 7 años de casados. Si, es posible! Mi padre decía que mientras hay vida hay esperanza!
Felicidades Vicky, me gusto mucho este relato!
Saludos!
Susi, querida,
Esa consigna que traemos clavada tantas mujeres de: no hacer olas, por el bien de los hijos, de los padres, y hasta por los nietos. La cadena es interminable. Dar un buen ejemplo, ¿de qué?, ¿de faltarnos al respeto a nosotras mismas? Cuántas evidencias nos tienen que golpear para que al fin nos conectemos con nuestro deseo y pongamos un alto. ¡Debería existir un detector de mal trato! Está en nosotras armarnos de valor y soltar amarras si eso es lo que nos corresponde hacer.
Imagínate poder inventar un detector del MalTrato, te harías millonaria. Es eso el maltrato físico y anímico y un verdadero mal trato que algunas hemos firmado a lo largo de nuestras vidas.
Estos tratos pueden durar días, meses o años como el caso de tu personaje.
Habría que imaginar la historia de esta mujer, su niñez, su adolescencia, su juventud…su herencia para poder entender mejor qué la ató a esta relación tan dañina.
Debería estar incluido en el kit original, ¿no crees?
¿Habrá una cajita de sugerencias para los responsables?
Me encanta la conversación. Muchas gracias por pasearte por aquí, por dejar un pedacito de tu colorida vida, en blanco y negro.
Hmmm, no sé qué decir…
De la historia, cómo aguantar 40 malos años y para qué?! De tu contarme cuentos, lo adoro! Me entretienes, me sacas sonrisas y, sobre todo, me sorprendes siempre y en cada escrito.
Sigue llevándonos por los recovecos de esa mente loca e imaginativa.
Te quiero!
Shu
Shula, querida, tal vez tú, con toda tu experiencia terapéutica, nos puedas dar más luz en estos enredos. ¿Por qué amamos a quién nos maltrata? ¿Por qué nos quedamos atrapados en una relación disfuncional? Sí, yo seguiré buscando las preguntas, intentaré hacer relatos con ellas. Mil gracias por tu comentario.
Nos haces sentir el dolor de esa mujer que como muchas, vive callada las insolencias de un mal amor.
Ese anillo es una bendición! Es la palanca que necesitamos muchas para despertar y salir del hoyo.
El solo se queda con marcos vacíos, ella con mucha experiencia para comenzar de nuevo.
Me encanta como nos compartes tus historias.
Bravo Vicky!
Un mal amor. Qué buena expresión. Es casi un oximoron. Como si la esencia del amor siempre fuera buena per sé.
Muchas gracias, Hanna por tu comentario.
El valiente vive hasta que el cobarde quiere , o ¿cómo es ese dicho?
Eso dicen, mi querida Lourdes.
¡Que levanten la mano los valientes!
La deslealtad e infidelidad, eso sí, bien acomodadas y sacudidas….
Jaimito,
Para mí nunca acomodan bien la deslealtad ni la infidelidad. A menos que sea de mutuo acuerdo y en ese caso ni hay falta de lealtad ni hay traición.
Muchas gracias por tu comentario.
Y cuantos casos no hay asi de los cuales nadie esta enterado? Me cuesta trabajo entender a esa mujeres y en algunos casos, hombres martires que aguantan deslealtad, maltratos y hasta insultos y golpes.
Hola Luis,
Qué gusto leer tu comentario, muchas gracias.
Siempre me ha dejado perpleja la capacidad de aguante que cierta gente tiene. Es como el umbral al dolor. He visto mujeres parir en sus cinco sentidos y ver nacer a su bebé con gran alegría y otras que a la primer contracción piden que las duerman.
Querida Vicky, puro sarcasmo mi comentario, la deslealtad e infidelidad no se acomodan ni en tiempo ni espacio. No me puedo imaginar que en una pareja pueda existir pacto o acuerdo para que existan en una relación. Sin embargo y éstas alturas, ya nada me extraña de los seres humanos, un abrazo
Abrazos, querido,
En efecto, el tema de lealtad y fidelidad, da para muchos textos.
Gracias por tu comentario. Siempre feliz de encontrarte por aquí!