Al salir a la calle, distraído y todavía concentrado en la importante junta de trabajo a la que acababa de asistir, el hombre se topó con una mujer indígena que llevaba a un bebé recién nacido envuelto bajo su rebozo. Pegada a una teta flácida y semi vacía su pequeñísima cabeza se alcanzaba a ver y su berrido impotente no cesaba. La mujer extendió su mano para pedir limosna. Al recibir el billete le dijo en su español chapurreado: ¿usted quieres a mi bebé? Te lo regalo.
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8 Respuestas
‘ta ca…
Qué triste!Qué duro! Cuánta ignorancia!
Regalar a un hijo pensando en darle una mejor vida, regalarlo para deshacerse de una carga. Ignorancia, pobreza, desesperación, triste y sin remedio, más niños vendrán a este mundo sin esperanzas sin nada más que la miseria y se repetirá la historia una y otra vez
Sí mi querida Marianela. En unas cuantas líneas se describe un universo. Cuánta miseria, cuánta ignorancia. Regalar a un hijo… penúltima acción de una total desesperanza!
La realidad es todavia mas inconcebible en este caso
triste y dura
quiza, quiza
no lo dudaria
podria ser
que el bebe
no es de ella….
Sí, es de una tremenda tristeza esta historia. Uno quisiera pensar que no es suyo. Pero la desesperación que esa mujer siente es precisamente porque es sangre de su sangre y sabe que ella no podrá sacarlo adelante sola. La tragedia es que desafortunadamente este no será ni su primero ni su último. Tristemente, la ignorancia nos lleva a caer en el mismo error muchas veces. Gracias mi Etty por tu comentario.
La realidad es más cruel de lo que queremos pensar, siempre es bueno pararnos a ver nuestro alrededor. Reflexionar y ver hacia dónde vamos.
Muchas gracias por dejar aquí tu comentario, Erica.